Aunque mantengo templada la cuerda de mi espíritu, lo cierto es que tanto el momento del día como ese último reflejo no me parecen el contexto más adecuado para apuntar hacia nada. Por si fuera poco, me viene a la memoria Sed de mal, con Marlene Dietrich, ojos muy fríos e impavida, espetándole rotunda a Orson Welles después de echarle la cartas: "No tienes futuro".
Y es más, me llega de golpe la impresión, a modo de súbito destello, de que cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien: todos somos vulnerables, nos sentiemos solos, tenemos muchos miedos y necesitamos mucho afecto. Eso aumenta mi impresión de angustia, aunque paradójicamente la impresión misma termina por reverlarse muy feliz y oportuna cuando descubro que le hace sombra a todo, hasta a la pared de la casa de enfrente y al último reflejo del sol, y de paso a cualquier idea de futuro.
Fragmento tomado de Dietario voluble de Enrique Vila-Matas. (Anagrama, 2008)
Etiquetas: afecto, dietario, rayo, sol, tarde, tristeza, vila-matas
1 Comentarios:
que puto buen fragmento
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