miércoles, 16 de diciembre de 2015

Las preguntas de la paz

Por Juan Pablo Plata

Si no se firma la paz

¿Qué va a hacer usted si no se firma la paz en Colombia en marzo de 2016?

¿Sabe usted que la droga, la tenencia de la tierra, la desigualdad social y la injerencia de las corporaciones nacionales e internacionales (Las que venden precursores de drogas, fabricantes de armas, petroleras, mineras, textileras, las que quiera...) son causantes, entre otras cosas, de que siga la guerra?

¿Se ha preguntado cuáles de sus acciones como ciudadano colombiano o simple consumidor de bienes y servicios, legales e ilegales, contribuyen para que la guerra siga?

¿Le gustan los videos con arengas de Jaime Garzón pero no hace más que verlos para deslumbrar a la parroquia con las anécdotas del difunto?

¿Le importa Venezuela?

¿Qué sabe usted sobre el renacimiento del paramilitarismo?

¿Votaría por Germán Vargas Lleras (GVLl) para la presidencia en el futuro?, ¿sabe usted con claridad la opinión de GVLl sobre los diálogos de paz?

¿Le importa un tal Uribe venido a menos?

¿Le molesta o encanta la clase política colombiana?

¿Habla usted de la derecha y la izquierda colombianas y sabe qué significan en términos políticos locales y mundiales?

¿Es Colombia un Estado laico?

¿Le importa que se haga la paz también con el ELN?

¿Le parece bien haber votado, alguna vez,  por un político investigado o previamente encarcelado, pero le alegra que haya salido libre y luego haya sido elegido así no vaya a durar mucho ejerciendo el cargo?

¿Votó esperando un favorcito del político y/o su partido?

¿No le parece que el maniqueísmo es un trato muy barato para un asunto como la guerra tan caro en su cobro en vidas?

Si se firma la paz

¿Conoce usted, con claridad, lo que se ha acordado hasta ahora en La Habana entre las FARC y el Estado?

¿Cómo votaría en un referendo por la paz?

¿Qué va a hacer usted para sostener la paz y acabarla de lograr?

¿Cómo se la llevaría con un reinsertado?

¿Conoce la propuesta de los territorios de paz?

¿Votaría por un partido emergido de un grupo armado?

¿Qué le parece la legalización de las drogas?

¿Qué acciones sería capaz de llevar a cabo en favor de los reinsertados, los campesinos que siembran coca, marihuana y amapola, y por  las víctimas de la guerra de varias extracciones sociales e ideológicas?

¿Sería capaz de perdonar y olvidar hechos violentos de la guerra que hayan afectado a sus familiares o conocidos?

¿Reconoce culpabilidad compartida entre los grupos armados y el Estado de la guerra en Colombia? 

Etiquetas: , , , ,

Leyes para los LGBTI

La aprobación de las leyes LGBTI en Colombia no le hace daño a nadie, por el contrario protege a unos seres humanos que en medio de tanta guerra dicen quererse.
(Aparecido en www.traslacoladelarata.com)
Por Juan Pablo Plata
Los previos tropiezos de la comunidad LGBTI para obtener ciertos derechos legales (Matrimonio, adopción, entre otros), usualmente obedecían a razones ajenas a la cuestión: la censura y presión de la iglesia católica en el congreso y en la opinión pública o el pronunciamiento de ciertas personalidades. En fin, hechos que no justificaban las trabas a unos derechos contenidos por la Constitución de 1991 en un Estado laico, documento que en realidad regula la vida de los colombianos antes que cualquier doctrina religiosa.
Por otra parte, no se explicaba una no muy clara sustracción en las leyes de los ciudadanos LGBTI en la que se ha denominado como una sociedad democrática. Pues si se hace un análisis sobre la oposición a las legislaciones a favor de esta comunidad, una de las preguntas que salta es: ¿por qué si existían muchos lugares públicos abiertos  a esta comunidad en Colombia-como agencias de viaje, clubes y extensiones como bares, secciones en librerías y otros negocios- no era antes recíproco ese espacio en el marco legal?  Las respuestas son diversas, pero pertenecen a un ámbito excluyente que daba por sentado que su opinión sobre la minoría era de la mayoría de la población.
Más allá del debate y la controversia que siempre genera una nueva presentación de proyectos a favor de los LGBTI en el Congreso, se debe crear una conciencia en el público del nulo daño que hace a cualquier heterosexual colombiano el que a las parejas homosexuales se les permita casarse o adoptar niños abandonados.
En el pasado, con la negación de estos derechos se estaba privando a hombres y mujeres, entre otros, del goce de ciertos beneficios patrimoniales y hasta de poder reclamar en caso de censura y discriminación por su orientación sexual.  
Las libertades individuales y la leyes aprobadas relacionadas con el aborto, la eutanasia, las drogas y los derechos hasta hace poco negados a los LGBTI no son en ningún sentido obligaciones para los colombianos, es decir, que a ningún colombiano se le carga con el deber de abortar, drogarse, hacerse LGBTI y acabar con su vida con asistencia médica. La ley sobre estos asuntos abre una posibilidad para los ciudadanos, pero no consagra una coerción como muchas personas y organizaciones sociales quieren hacer ver.
La aprobación de las leyes LGBTI en Colombia no le hace daño a nadie, por el contrario protege a unos seres humanos que en medio de tanta guerra dicen quererse.
PS: En el pasado he escrito periodismo o literatura sobre los LGBTI. Mi orientación es heterosexual, pero en muchas ocasiones por mis escritos me han querido tildar de LGBTI como si esto me ofendiera o disminuyera en algo la valía de los textos. Da mucho enojo sentir que en Colombia y en otras latitudes, en pleno 2015, no se vive bajo un estado secular y libertario sino en un oscurantismo de hace siglos.

Etiquetas: , , , , , , , , , , , ,

domingo, 6 de diciembre de 2015

Un juego infinito de frases inconcluso. Meditaciones sobre Enrique Vila-Matas, ganador del premio FIL de Literatura y Lenguas Romances en México. 2015.

Un juego infinito de frases inconcluso

(Texto aparecido en www.revistacoronica.com)

Por Juan Pablo Plata

Una vez vi a un escritor vampiro caminando por Cartagena de Indias. El espectro llevaba un real e invisible blazer rojo y era de día y de noche al mismo tiempo. Pero en realidad solo era de noche en el espacio de su deambular. No era de noche, pero la noche era proyectada sobre él como cuando un foco de luz ilumina a un actor o un cantante en una tarima.
Thomas Pynchon ha puesto como epígrafe de su novela Contraluz -Against the day- la siguiente frase de Thelonious Sphere Monk: “Siempre es de noche o no necesitaríamos la luz. ”

Dice Dorothy Parker que fue expulsada de una escuela religiosa por decir: “La inmaculada concepción fue una espontánea combustión.”

Pero volvamos al escritor en el caribe, a quien lo alumbraba la oscuridad en la ancha tarima extendida de las calles y andenes por donde iba avistando palmeras y  mansiones de muchos siglos atrás, rejuvenecidas por sus millonarios propietarios actuales. Recuerdo que logré verlo porque lo perseguía para sacar de su mente y experiencia, a través de su boca, los secretos sobre la vida, la literatura y, sobre todo, de las mujeres.  Sobre todo, esto último.  Desde el taxi grité su apellido (¡Vila-Matas!) para ver si frenaba su recorrido y podía hablarle. No hubo oportunidad de hablarle porque enseguida entró por una puerta blanca de madera a un centro cultural por donde la noche lo siguió iluminando.
Al día siguiente lo pude ver de nuevo dando una charla en un festival literario donde leyó el poema Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra  de Fernando Pessoa frente a Oscar Collazos, su interlocutor, y ya por ello, me pareció, que no tenía nada que preguntarle sobre la vida. Quedaba faltando la literatura y las mujeres.

Han pasado los años y todavía leo sus columnas, libros y declaraciones. En ese mismo festival lo entrevisté, en otro año, junto al escritor cartagenero Orlando Echeverri Benedetti, quien sacó la entrevista en el diario El Universal sin darme el crédito. No me molestó la avionada,  antes me hizo reír y yo hice lo mismo -no darle el crédito- sacando la entrevista en un blog en el diario El Tiempo. Pero lo que interesa es haberle hecho esta y otras preguntas: El escritor colombiano Gonzalo Arango dijo alguna vez: “Pertenezco más a la vida que a la literatura. A la hora del juicio final me gustaría más encontrarme con las mujeres que amé que con los libros. ¿Qué le dice la frase, señor Vila-Matas?

Vila-Matas es reconocido por inventar citas literarias, de poner también frases suyas como si fueran de otros autores y viceversa. Pero sobresale no solo por esto, sino también por su constante juego literario y su actitud vanguardista y paradójica que mira siempre a lo mejor del pasado en las letras y el arte en general.

Ya no presiento las apócrifas citas de otros autores y vampiros con las que Vila-Matas resuelve a veces las más variadas cuestiones  y párrafos de sus excelsas creaciones,  pues sé también que algunas de las frases son suyas y otras oraciones son de todos.

El semestre pasado cruzamos unos mensajes por correo electrónico porque Marla Molina leyó Aire de Dylan de Vila-Matas. Yo no había leído ese libro completo pero al hacerlo encontré la solución al asunto de las mujeres y la vida en dos páginas consecutivas.

Le escribí al escritor y vampiro enamorado: la razón de este mensaje es la variación o mezcla que hizo mi amiga Marla Molina con dos frases que aparecen en su libro Aire de Dylan casi una al lado de la otra:

1. “Cuando oscure, siempre necesitamos a alguien.

(Expresión atribuida a Francis Scott Fitzgerald e investigada por los personajes de Aire de Dylan)


2. “Las mujeres son como la ayahusca.

Las propuestas de ella eran:

“Cuando oscurece, siempre necesitamos ayahuasca.”

 “Cuando oscurece también podríamos necesitar ayahuasca.


En el cruce de mensajes Vila-Matas respondió:

No oscurece si las mujeres llegan con la ayahuasca.

Y cerró el correo electrónico diciendo:

(Estimado Juan Pablo: por lo que observo, se trata de un juego infinito. Una gran broma, que diría David Ayahusco Wallace)

En realidad hablar y escribir es una broma infinita -Infinite Jest- como el título de la novela de David Foster Wallace y este texto que ya termina. Conversar, borronear,  citar o no citar y publicar a otros sin mencionarlos o sí, pero modificando sus frases, no es otra cosa que lo que los hombres llevan haciendo a otros desde siempre, desde la primera palabra y línea escrita: burlarse de otros en serio sin que lo noten y sin parar nunca.

Si siempre hay noche, siempre necesitamos a alguien y ayahuasca porque siempre está oscuro. Sobreviene para acabar, presentar la duda de si todo en esta vida no es más que una juiciosa tergiversación y un enredo de frases para ser felices y lograr nuestros propósitos, como hacer del día noche, así no lo sea. Como se ve, el juego no fue infinito, porque Vila-Matas paró en seco, pero seguro en este momento prueba otra combinación de esa frase de la ayahuasca u otra sin contárnoslo.

Pura concepción de combustión espontánea verbal.

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , ,

viernes, 15 de mayo de 2015

El derecho a un planeta vivo

Por Derrick Jensen. Escritor y activista ambiental.
(Traducción por Juan Pablo Plata. Declaración enviada hace un tiempo por Jensen a los manifestantes de  Occupy Wall Street. Documento original en www.occupiedmedia.us)
Sostenemos que estas verdades son evidentes:
Que el mundo físico y real es la fuente de nuestras propias vidas y las vidas de los demás. Un planeta debilitado es menos capaz de sostener la vida, humana o de otro tipo.
Así pues, la salud del mundo real es primordial y más importante que cualquier sistema social o económico, ya que todos los sistemas sociales o económicos dependen de un planeta vivo.
Es evidente que valorar un sistema social que daña la capacidad del planeta para sustentar la vida en la vida misma, es estar fuera de contacto con la realidad física.
Cualquier forma de vida basada en el uso de recursos no renovables es, por definición, insostenible.
Cualquier forma de vida basada en la híper-explotación de los recursos renovables es, por definición, insostenible: si, por ejemplo, menos salmones regresan cada año, al final no habrá ninguno. Esto significa que una forma de vida sostenible no debe perjudicar a las comunidades nativas: praderas nativas, bosques nativos, la pesca originaria y así sucesivamente.
El mundo real es interdependiente, de manera que el dañar los ríos daña a los seres humanos y a los no humanos cuyas vidas dependen de estos ríos; perjudicar a los bosques y praderas y a los humedales que rodean a estos ríos, perjudica a los océanos en los que estos ríos fluyen. El daño hecho a las montañas daña los ríos que fluyen a través de ellos. El daño hecho a los océanos perjudica a todos los directa o indirectamente conectados con ellos.
No se puede discutir con la física. Si usted quema combustibles basados en carbono, el carbono entra en el aire, y esto tiene efectos en el mundo real.
Esa creación y liberación de sustancias tóxicas en el mundo envenena a los humanos y a los no humanos.
A nadie, por muy rico o poderoso, se le debe permitir crear venenos para los que no existen antídotos.
A nadie, por muy rico o poderoso, se le debe permitir crear porquerías que no se pueden limpiar.
A nadie, por muy rico o poderoso, se le debe permitir destruir lugares que los humanos o no-humanos necesitan para sobrevivir.
A nadie, por muy rico o poderoso, se le debe permite llevar a las culturas humanas o especies no humanas hacia la extinción.
La realidad supera a todos los sistemas de creencia: lo que usted cree que no es tan importante como lo que es real.
En un planeta finito no se puede tener una economía basada en el crecimiento o que requiere de este. Por lo menos no se puede tener uno así y esperar después tener un planeta o un futuro.
La forma de vida actual no es sostenible y se derrumbará. La única pregunta real es: ¿qué quedará del mundo después del colapso y qué tan mal van a ser las cosas para los humanos y los no humanos después. Parece evidente que debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que, gran parte del mundo real, físico, permanezca intacto hasta el colapso del sistema actual, y que los humanos y los no humanos estén lo más preparados posible para este colapso.
La salud de las economías locales es más importantes que la salud de la economía global.
Una economía global no se debe permitir hacer daño a las economías locales o las bases terrestres.
Las corporaciones no son seres vivos. Ellas, sin duda, no son seres humanos.Las corporaciones no existen en ningún sentido real. Son ficciones legales. Son sociedades con responsabilidades limitadas, son instituciones creadas explícitamente para separar a los seres humanos de los efectos de sus acciones, haciendo que, por definición, sean inhumanos y deshumanizados. En la medida en que deseamos vivir en un mundo humano y humanizado y, en definitiva, en la medida que queramos sobrevivir, estas sociedades con responsabilidad limitada deben ser eliminadas.
La salud de las comunidades humanas y no humanas es más importantes que las ganancias de las corporaciones.
Sostenemos junto a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos:”que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos fines [La Vida, La Libertad y La Búsqueda de la Felicidad], es el Derecho del Pueblo alterarla o abolirla. . . . “.
Además, sostenemos como evidente que sería más preciso decir que no es el Derecho del Pueblo, ni siquiera su responsabilidad, sino algo más parecido a la respiración, algo que si fallamos en hacer nos llevará a morirnos.
Si nosotros, como Pueblo no llegamos a liberar a nuestras comunidades de estas instituciones destructivas, estas instituciones van a destruir a nuestras comunidades. Y si en nuestras comunidades no podemos proporcionar formas significativas y no destructivas para que las personas obtengan alimentos, ropa y refugio, entonces debemos reconocer que no se trata sólo de estas instituciones destructivas en específico, sino que todo el sistema económico está empujando al mundo natural más allá de los puntos de ruptura. El capitalismo está acabando con el planeta. La civilización industrial está acabando con el planeta.
Una vez que hemos reconocido la capacidad destructiva del capitalismo y de la civilización industrial, los cuales se basan en la sistemática conversión de un planeta vivo en productos muertos- No tenemos otra opción, a menos que queramos firmar nuestra propia sentencia de muerte y la de nuestros hijos, que luchar porque valemos la pena y de todas las maneras posibles para cambiarlo.

Etiquetas: , , , , , , , ,

miércoles, 15 de abril de 2015


En Revista Credencial. Abril de 2015.

Maravillas de la humanidad.

Todo lo que usted se va a perder o ya se perdió.

Por Juan Pablo Plata. 

Un reportaje sobre los daños del Estado Islámico (ISIS) al patrimonio cultural mundial. Este y otros excelentes artículos y temas en la más reciente edición de www.revistacredencial.com/credencial/

Etiquetas: , , , , , , , , , ,

martes, 14 de abril de 2015

Breve estudio de creación literaria en la era digital (Colombia)

Juan Pablo Plata.


La creación literaria viajó y viaja aún en la oralidad y en lo escrito; en buques como las tablillas de barro y las hojas de papel, en libros, audiolibros, también dentro de vehículos como cine, cómic, videos musicales, para navegar asimismo en programas y dispositivos para formatos mobi, pdf y otra vez en tablillas pero más avanzadas que se llaman celular, tableta, ordenador, entre otras, acompañadas ya de accesorios como cascos, guantes y zapatos para la realidad virtual, además de la realidad aumentada, la interactividad en interfaces y en videojuegos que no dejan de ser literatura porque todas parten de un texto para su concepción, plan o guión así no lleven el texto en la versión última cuando la obra ya está acabada. Hasta aquí para abreviar porque la literatura discurre en todo. «Todo escribe a nuestro alrededor», que dijo Marguerite Duras pensando y viendo una mosca, mientras movía, seguro, un lápiz por el paisaje como creando la realidad con él para después transcribirla en literatura.

Continuar leyendo en https://www.academia.edu/11893435/Breve_estudio_de_creación_literaria_en_la_era_digital_Colombia_

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , ,

viernes, 10 de abril de 2015

Gabo

Este domingo 12 de abril a las 8pm Col Discovery presenta el especial "Gabo: Cien años de inspiración" narrado por el novelista colombiano Juan Gabriel Vásquez, el cual recorre los sucesos más importantes de la vida de ‘Gabo’, resaltando su inclinación constante por la escritura, pasando por su oficio como periodista hasta alcanzar el Premio Nobel que lo puso en la cima del mundo literario en 1982, gracias a su obra maestra ‘Cien años de soledad’.

Posted by Discovery Latinoamérica on Jueves, 9 de abril de 2015
Este domingo 12 de abril de 2015 a las 8pm Col Discovery presenta el especial "Gabo: Cien años de inspiración" narrado por el novelista colombiano Juan Gabriel Vásquez, el cual recorre los sucesos más importantes de la vida de ‘Gabo’, resaltando su inclinación constante por la escritura, pasando por su oficio como periodista hasta alcanzar el Premio Nobel que lo puso en la cima del mundo literario en 1982, gracias a su obra maestra ‘Cien años de soledad’.

Etiquetas: , , , ,

lunes, 16 de marzo de 2015

El corazón habitado. Últimos cuentos de amor en Colombia.

Ya llegó a Colombia, desde España, EL CORAZÓN HABITADO (Últimos cuentos de amor en Colombia) Editorial Algaida, España. Lo encuentran en Librería Panamericana sucursal de la Calle 170 Kr. 45 y Calle 12 con Kr. 7 Bogotá y en el resto de Colombia. $15.000.

El corazón habitado. Últimos cuentos de amor en Colombia.
Selección y prólogo de José Manuel García Gil

Editado en Cadiz, España (Editorial Algaida), 2010.
La colección Calembé es una iniciativa de la Fundación Municipal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Cádiz, y se publica en coedición con Algaida Editores.

PRESENTACIÓN:
LUGAR: AUDITORIO
JOSÉ ASUNCIÓN SILVA. FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BOGOTÁ.
DÍA: DOMINGO, 22 DE AGOSTO DE 2010
HORA: TRES DE LA TARDE.

ÍNDICE DE ESCRITORES PARTICIPANTES:

- JORGE FRANCO “Besos bruscos” (1962)
- SANTIAGO GAMBOA “Urnas” (1965)
- CARLOS CASTILLO QUINTERO “Reunión familiar”(1966)
- JOHN J. JUNIELES “El amor también es una ciencia”(1970)
- MARTA ORRANTIA “Ella y él” (1970)
- JUAN CARLOS RODRÍGUEZ “Funciones” (1971)
- RODOLFO LARA “Sentada en su interior” (1972)
- CAROLINA ALONSO “Silverstone” (1972)
- PILAR QUINTANA “Una segunda oportunidad” (1972)
- ANDRÉS BURGOS “Viernes” (1973)
- IGNACIO PIEDRAHÍTA “Terapia” (1973)
- CAROLINA SANÍN “Una hoja”(1973)
- JUAN GABRIEL VÁSQUEZ “Lugares para esconderse”(1973)
- ANTONIO UNGAR “Darse un paseo”(1974)
- ANDRÉS MAURICIO MUÑOZ “Carolina ya no aguanta más”(1974)
- DIANA OSPINA OBANDO “Compras de domingo” (1974).
- RICARDO SILVA ROMERO “Diagonal”(1975)
- MARGARITA POSADA “Malvados rojos”(1977)
- JUAN SEBASTIÁN CÁRDENAS “Agentes secretos” (1978)
- JUAN ÁLVAREZ “Idioma” (1978)
- GERARDO FERRO “Huevos revueltos” (1979)
- CARLOS FERNÁNDEZ “Aura o nunca” (1979)
- FEDERICO ESCOBAR “Un accidente” (1979)
- JUAN PABLO PLATA “Círculo menor” (1982)
- SEBASTIÁN PINEDA “El pub” (1982)
- VÍCTOR MENCO “¿Quién pagará mi cuenta?” (1986)

El corazón habitado. Últimos cuentos de amor en Colombia.
Selección y prólogo de José Manuel García Gil.
Editorial Algaida. Colección Calambé. Grupo Anaya.
España.
416 Páginas
I.S.B.N.: 978-84-9877-459-7


(Epígrafe)
Después de aquello, se hizo bastante tarde, y ambos nos teníamos que marchar, pero fue genial ver a Annie de nuevo. Me di cuenta de la maravillosa persona que era y… y de cuanta diversión me había aportado conocerla. Y entonces pensé en aquel viejo chiste, ¿sabes? Este tipo que va al psiquiatra y le dice «doctor, mi hermano está loco; ¡cree que es una gallina!» Y el doctor le dice «¿y por qué no le interna?» y el tipo le dice «Lo haría, ¡pero necesito los huevos!». Bueno, creo que eso expresa justo cómo me siento con respecto a las relaciones: ¿sabes? Son totalmente irracionales, excéntricas y absurdas y… pero bueno, supongo que seguimos en ellas porque la mayoría de nosotros necesitamos los huevos.

Woody Allen. Annie Hall

Prólogo

Por José Manuel García Gil.

I

El amor da mucho que escribir. Que una fuerza tan elemental llene tantas páginas de la literatura occidental se debe, seguramente, a que condensa todo lo que nos preocupa: lleva en sí el deseo y la felicidad de estar vivos, la angustia del tiempo y el sueño de escapar a la muerte, el anhelo de la libertad, la necesidad de no estar solos y comunicarnos con el otro y la necesidad de compartir emociones, pensamientos y experiencias.

Cuando en 1936, Walter Benjamin constataba la crisis del arte de contar, añadía que la misma provenía precisamente de la privación de la facultad de intercambiar experiencias. Verdaderas experiencias. Y sugería volver a los sabios para recuperarlas: a los que han viajado mucho y a su vuelta traen en su relato peripecias de los espacios lejanos a los que han ido y, en segundo lugar, a los que han oído numerosas his torias de su lugar de origen y las transmiten. Ambos contagian, según el escritor alemán, experiencias y radian indicaciones prácticas sobre la vida.

Treinta años después, Frank O’Connor le corrige y sostiene que los cuentos proceden de las voces solitarias de la sociedad. Es decir, el cuento contemporáneo prescinde de esos héroes que habían partido, sufrido y triunfado en los renglones de la literatura anterior, y presenta a figuras necesitadas, humilladas o perplejas —lo que Simone Weil llamó los «seres de desgracia»— cuyas peripecias serán las que construyan una nueva morfología del relato.

Estos cuentos colombianos que se disponen a leer responden, de algún modo, a estas dos cuestiones: recuperan lo sugerido por Benjamín, es decir, la experiencia de contar, en este caso, esos usos amorosos en una época que refuta la solidez y la durabilidad de las emociones y sentimientos y muestra, a la vez, su preferencia hacia las voces solitarias, pues en el amor uno se siente paradójicamente solo, indefenso, en esa vivencia convulsa, en ese impulso que nos lleva a buscarnos fuera de nosotros mismos.

El héroe principal de estas historias son las relaciones humanas, protagonizadas por hombres y mu- jeres, contemporáneos nuestros, que al sentirse fácilmente descartables y abandonados a sus propios recursos, andan siempre ávidos de la seguridad de la unión, desesperados por relacionarse, por conectarse. Y que, sin embargo, desconfían de estar relacionados porque temen que ese estado, impenetrable y enigmático, pueda de un dulce sueño transformarse en una atroz pesadilla. Todas son secuencias de lo cotidiano, carne de la celebración impecable de unos pecadores en la atmósfera intemporal que rodea la paradoja de unas emociones a las que estos escritores aportan su mirada escéptica y solitaria, irónica y lúcida.

El amor, lo que normalmente se entiende por amor, recordaba Rosa Montero, es, de entrada, como toda la literatura, una mentira, una sustancia imaginaria, un espejismo que se beneficia de varios milenios de celebración teatral y novelesca. Y de la apuesta exagerada de toda una civilización por su sostenimien to. Ahora bien, la pasión, esa inmadurez eterna que lo engendra, es un espejismo sustancial, una ficción de altura, a menudo la mejor fantasía que puede llegar a inventar una persona en toda su vida, aquella que eventualmente puede llevarnos a un cambio en el mundo.

En El espejo de las ideas Tournier viene a decir algo como que, en aras de ese posible maravilloso, todo lo que no toleraríamos jamás a un amigo, un acto de vileza, por ejemplo, lo toleramos y lo aceptamos en el amor, pues el amor, en ocasiones, y al contrario que la amistad, también se alimenta de la vileza, de la co bardía, de la bajeza. Ahí está la necesidad de amar a quien nos daña; o el deseo del daño y del dolor. Y el peligro como acicate del deseo. El sexo como venganza y como combate. O la necesidad de destruir aquello que quieres. El amor y la historia, están llenos, como estos cuentos, de ejemplos que certifican ese aspecto dual que nos tiene desde tiempo inmemorial bastante confundidos.

II

Aunque no todos sepan situar Colombia en el mapa de América, sí que saben de su existencia por el grueso de frases hechas e hiperbólicas con las que ha sido descrita por el resto del mundo. Un tobogán de citas que la sitúan durante un minuto en el paraíso y un minuto después en el infierno. Un país que emerge con todas sus lacras, pero también con todos sus brillos. Un país donde en un acto se habla el mejor español, con la mejor tradición de poetas o lingüistas, y en el acto siguiente narcotraficantes estrafalarios o sicarios verbalizan el más incongruente de los códigos de honor.

O nos imaginamos el país envuelto en el aroma del café más suave del mundo o como la tierra donde la violencia se respira como un elemento más del aire; la patria del Nobel de literatura más popular y global, pero también la de la guerrilla, los paramilitares o de capos de la droga; el mágico lugar donde la gente llena durante días cualquier recinto donde hablen escritores o el trágico donde proliferan los secuestros, las desapariciones, los desplazamientos masivos y las matanzas cometidas con la mayor sevicia.

Una suerte de enigma, de sorpresas, de rupturas y zonas intransitadas, esta Colombia de brumosa rea lidad en la que se abren paso las voces aquí recogidas para abordar sus emociones y sentimientos en medio de un escenario cuya intensidad les desborda a la vez que les enfrenta de un modo acelerado y abreviado con su vorágine de tiempo, felicidad y penas.

III

Durante décadas la literatura en Colombia dio la impresión de estar sometida a la férrea etiqueta del
«realismo mágico», cuya hegemonía pareció intocable bajo la sombra de un García Márquez transformado en gurú de sus letras. Sin embargo, empiezas a des- granar la lista de autores y muchos y muy buenos se han ido despegando del «modelo napoleónico del escritor latinoamericano». Nuevos escritores —podrían citarse, entre otros, a Jorge Franco, Mario Men- doza, Santiago Gamboa, Laura Restrepo, Efraim Me- dina, Octavio Escobar, Ricardo Silva, Antonio García, Juan Gabriel Vásquez— que oponen una nueva épica, o una huida al desierto, con evidente resonancia, des- pués de tantos años de selva portentosa.


Colombia no tiene un autor que, como Borges, Cortázar o Julio Ramón Ribeyro, deba su fama a este género tan mal comprendido que es el cuento. Las ficciones breves que allí se escriben hasta 1950 perte- necen más a las formas antiguas del relato: la tradición oral, el folclor medianamente estilizado, el cuadro de costumbres. Y, aunque las que se escriben después de esa fecha no nos permiten hablar con exactitud de una nueva generación de cuentistas colombianos, sí que evidencian un cambio de actitud hacia un género considerado siempre como la cenicienta de las letras. El camino del cuento ya no es, por tanto, para esta épo-ca, excepcional, sino que es apreciado cada vez más como un horizonte estético en sí mismo, como una posibilidad a la que los autores se entregan con devoción y que les sirve, sobre todo a los más jóvenes, de carta de presentación en el mundo literario. Todo esto ha generado una desigual eclosión del género a través de antologías realizadas con los pretextos más diversos (temático, y surgen cuentos eróticos, de mujeres, urbanos, caníbales, de ciencia ficción o de la calle y geográfico y entonces el cuento puede ser bogotano, barranquillero, vallecaucano, antioqueño, caldense…).

Lo cierto es que la lista de cuentistas es amplia y sigue creciendo. Un hecho importante es que muchos de estos narradores surgen alrededor de revistas alternativas, de blogs, lo que evidencia no sólo la existencia del género, sino su novedad y exploración temática y formal y la presencia por estas vías de algunos autores que merecen mencionarse y salir del silencio editorial o crítico.

En el origen de este giro literario se encuentra un saludable eclecticismo y los logros más notables en el terreno de la intertextualidad. Estamos de regre- so de lo que hicieron los autores del boom y es la in- fluencia de los medios, del cine, de la música, de la red, la que marca el rumbo de buena parte de la lite- ratura colombiana más joven.

Así, en el prólogo de la antología Señales de ruta, Juan Pablo Plata advierte: «Maduros en su proceso vital y literario, los autores parecen desleír las teorías sobre el cuento de los maestros del género narrativo —Poe, Quiroga, Cortázar, Anderson Imbert, etc.— con el olvido de ensayos y decálogos que antes eran pre- ceptivas y guías fijas, para ser hoy pequeñas sugeren- cias. La libertad en voces, tonos y referencias mass media o transculturales permiten cuentos con enrique- cedoras menciones televisivas, cinéfilas y librescas, entre otras; cuentos infractores de las señas dadas por los maestros, por intimistas, por usar lenguajes de otras artes, diálogos rápidos y un humor negro en su mayoría, apto para lenitivo de lectores escapistas o bien para aterrizar a estos mismos y hacerlos volver a la realidad.»

La narrativa colombiana actual es prolífica y diversa. En un país donde la literatura está viva es lógico que tenga que haber registros muy variados. Esta antología lo pone de manifiesto y ofrece una heterogeneidad tan amplia como sugerente. Formas, recursos, procedimientos y, sobre todo, dominio del lenguaje, caracterizan esta nómina de autores que tratan de afianzar el papel del relato dentro de una narrativa que, como la colombiana, sigue teniendo en la novela su género más preciado.

IV
Los escritores no son importantes por el lugar donde nacieron sino por lo que hacen en tanto tales, por lo que nos dicen en el momento y el lugar oportunos, de la manera que mejor les sale. Lo colombiano en este colectivo se define, por tanto, como lugar de procedencia o lugar de trabajo. El abandono de las esencias nacionales –la idea de patria y exilio— y políticas –el compromiso—, no erradicadas del imaginario creativo sino reformuladas, hacen que esta literatura aspire a ser de todas partes, a simbolizar cualquier espacio, al desprejuicio territorial, en definitiva. Juan Gabriel Vásquez en su propuesta Al filo de la navaja: diez cuentos colombianos ya señalaba cómo algunos de estos autores habían pasado la mayor parte de su vida adulta fuera de Colombia (Santiago Gamboa ha vivi- do en tres países, Antonio Ungar en cuatro, Juan Álvarez y Carolina Sanín viven en Nueva York o Juan Sebastián Cárdenas y Juan Gabriel Vásquez en España). Otros tantos han viajado a lo largo y ancho de este mundo, lo que les ha curado el apego. Muchos son periodistas o están relacionados con la comunicación. Son autores que miran hacia fuera: por la razón que sea, su proceso creativo se ha visto irremediablemente expuesto a las influencias más diversas. Como señala Orlando Mejía Rivera, estos escritores «reflejan códigos y situaciones de la Colombia de hoy a pesar de que están, simultáneamente, en la dimensión del arquetipo universal». Y se nota: una poética que, al contrario de lo que le sucedió a Borges o a Cortázar, «ya no tiene que explicar sus querencias extraterritoriales, ya no tiene que entonar un complicado mea culpa cada vez que decide ubicar un relato en otro lugar del mundo o usar un texto clásico como metáfora o como pretexto.» Cuando la realidad colombiana asoma, lo hace distraídamente, casi pidiendo disculpas por entrometerse en los complejos destinos individuales: en los del amor, en nuestro caso.

V

Como el mundo cambia tan aceleradamente en los últimos decenios, expresar las sensibilidades del presente requiere una constante renovación generacional. En El amor en los tiempos del cólera del omnipresente García Márquez las relaciones amorosas avanzaban a través de mensajes enviados por medio del telégrafo. Un amor de hoy va por mails, por teléfono, chat, sms, mensajes de móvil a móvil… Todo cambia. Los sentimientos quedan, hasta las palabras para expresarlos se repiten, pero el medio y la sensibilidad se renuevan.

En el curso de sus nueve siglos de historia, la cultura amorosa ha conocido diversos deslizamientos del centro de gravedad, rupturas de la gramática y de prácticas, modas, pero también prolongadas continuidades, umbrales y mutaciones repartidos a lo largo de su dilatada peripecia.

Ahora bien, por profundas que sean, dichas mutaciones no deben hacernos perder de vista que el invento occidental del amor ha legado a la sensibilidad humana un estilo, un ideal en cierto modo imperecedero que ha conservado rasgos casi permanentes. La transformación de la intimidad, la división social de los sexos, se ve recompuesta, reactualizada bajo nuevos rasgos.

No vivimos hoy igual que hace cien años, tampoco nos relacionamos de la misma manera. El afecto ahora se adecua a cualquier entorno, tal como el agua a cualquier recipiente —de ahí que se hable de amor líquido—, de manera efímera, empírica. Pero, a pesar de todos los males y todas las desgracias, el nuevo desorden amoroso sigue declinándose en la pareja. Se ha diluido la idea de duración y la gente gestiona su biografía sin la idea de un proyecto a largo plazo, pero permaneciendo la pareja como un residuo de vida sólida en la vida líquida. Sería fácil decir que «nadie se casa hoy con nadie», pero así es. No hay pactos políticos, ni acuerdos internacionales, ni conciertos contra el cambio climático, ni vida conyugal.

La nueva pareja abandona, en todo caso, su formato asimétrico tradicional y se convierte en una –son palabras de Vicente Verdú— open source, cuyas partes pueden llegar de cualquier parte y con orientaciones sexuales de todo tipo. Ni faltará la sexualidad, ni la amistad, ni la ternura ni la mapaternidad puesto que su diseño no responderá a un patrón preestablecido. Las relaciones se han ido transformando o reorganizando a lo largo de un combate continuo y en medio de un sistema capitalista que las complementa. Hombres y mujeres se acostaron con la ideología de la fidelidad y se despertaron con las páginas web que organizan adulterios. En un entorno nuevo y sobrecargado de referencias subjetivas al mundo amoroso y afectivo, ambos se muestran paradójicamente cada vez más fríos. Y en todo este desconcierto de experiencias humanas hunden su pluma estos escritores colombianos para contarnos fragmentos de una realidad que, por literaria, nunca ha sucedido.

Etiquetas: , , , , , , , ,

viernes, 16 de enero de 2015

Una oleada de escritores colombo-estadounidenses | Las2Orillas.CO

Una oleada de escritores colombo-estadounidenses | Las2Orillas.CO La literatura norteamericana de los siglos XX y XXI ha sido escrita en gran medida por los hijos e hijas de expatriados. Entre ellos se encuentran los colombo americanos Angela Lang, Sergio de la Pava , y Patricia Engel. Angela Lang es la más nueva en el grupo con una novela bilingüe acerca de todos los fetiches, el amor y la parafernalia alrededor de los libros y las formas normales y extrañas con las que las personas interactúan entre sí con un objeto –el libro- que va a estar cerca cuando expire el último humano. 

Capítulos de Bookworm / Comelibro de Lang se pueden leer en http://portableangela.com/writer/fiction/blog/

Sergio de la Pava, un defensor público en Nueva York; el hijo de una caleña y un manizalita, fue un héroe algo pasivo en la odisea final dentro de la industria editorial americana en la que Susanna, su persistente mujer, maniobró con fortuna, puesto que después de innumerables rechazos por editoriales, su inmensa y magnífica novela Una singularidad desnuda dejó de ser solo un volumen autoeditado. Fue ella quien envió el libro a los críticos que pasaron la voz sobre la existencia de una gran obra de un autor desconocido. La novela fue reeditada por University of Chicago Press y desde ahí pasó a obtener el premio PEN/Robert W Bingham y fue finalista del Premio Folio 2014 en Reino Unido, donde el prestigioso MacLehose Press también publicó la novela. Muchas páginas en esta ficción ocupan la vida familiar, la gastronomía y las tradiciones festivas experimentadas por los estadounidenses de ascendencia colombiana en Nueva York , pero temas como el sistema judicial en Norteamérica, el crimen, el boxeo –Wilfred Benitez- , la física y la filosofía, entre otros, componen una novela que intentó totalizar la realidad. Su segunda novela Personae es una lectura obligada para los seguidores de este ya autor de culto.

Patricia Engel ha dedicado su vida entera a la escritura. Su último trabajo Esto no es amor, es sólo París es una novela sobre el amor como lo fue su anterior libro de cuentos Vida. Como la descendiente de inmigrantes colombianos ha retratado en Vida el tortuoso proceso de adaptación al estilo de vida americano en la costa Este, la criminalidad y un anhelo eterno por un país suramericano perdido. Críticos afilados como Michiko Kakutani y colegas como Edwidge Danticat y Junot Díaz han elogiado sus obras. Sergio de la Pava y Patricia Engel visitarán Colombia para el Hay Festival en Cartagena, que tendrá lugar entre el 29 enero y 1 febrero de 2015.

Etiquetas: , , , , , , , , ,

jueves, 8 de enero de 2015

Dios, eso que no se sabe qué es o si existe, usado para justificar asesinatos a personas que hacían reír. Y qué importa un nuevo cardenal para Colombia o una nueva santa colombiana. Me pongo hasta a pensar en que la Iglesia Católica sobra en los diálogos de paz en La Habana. Con excepción de personas como Javier Giraldo de la Pontificia Universidad Javeriana. Dios causa más problemas como bandera que como muerto.

Etiquetas: , , , , ,